¿Por qué una Terapia Psicológica?

¡SOMOS PADRES! SOY MADRE/PADRE y son tantas veces la que me siento: «nerviosa/o», «cansada/o», «equivocada/o»……… ¿Qué esta pasando? estoy sola/o???, me siento culpable y frustrada/o, estoy equivocada…….Te puedo acompañar en estos momentos de duda y frustración. Son ya 27 años a vuestro lado, mi experiencia y aprendizaje os puede acompañar y guiar. La psicología te va a aportar las herramientas que te faltan. 

La PSICOLOGÍA te AYUDA.

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Calle Buganvilla 4. Local 2. 28036 Madrid.

Sé que la falta de información y ayuda genera mucha ansiedad. En la mayoría de las ocasiones las familias se encuentran ante una situación para la que sus experiencias y conocimientos parecen no ser suficientes y precisan de ayuda para reorientar la forma de resolver sus problemas.

Desde Aprende Más podemos ayudaros a encontrar la mejor solución a vuestro problema. Escríbenos y cuéntanos lo que te ocurre.

¿CUÁNDO BUSCAR AYUDA PARA SU HIJO O HIJA?

Los padres son normalmente los primeros en detectar cuando un hijo tiene un problema emocional o de conducta. Esta creciente preocupación de los padres, unida con las observaciones de profesores y de otros miembros de la familia, es la manera más común de darse cuenta de que el niño puede beneficiarse de un tratamiento. Es en este momento cuando los padres deben consultar también a un psicólogo de Niños y Adolescentes u otros profesionales para encontrar la manera de ayudar a su hijo.

A continuación se describen algunas señales indicativas de que una evaluación por un psicólogo de Niños y Adolescentes puede ser necesaria.

En niños pequeños:

  • Cambios importantes en el rendimiento académico.
  • Malas calificaciones en la escuela, a pesar de hacer un esfuerzo notable.
  • Preocupación o ansiedad excesiva. Esta puede manifestarse en su negativa para: asistir al colegio, irse a dormir o a participar en aquellas actividades normales de un niño(a) de su edad (juego, dibujo, alimentación, aseo, etc.).
  • Pesadillas persistentes.
  • y conductas provocativas a figuras de autoridad.
  • Rabietas frecuentes y sin razón aparente.
  • Agresiones.

En preadolescentes y adolescentes:

  • Cambios importantes en el rendimiento académico.
  • Uso ó abuso de drogas o de alcohol.
  • Dificultad para enfrentarse a los problemas, situaciones o actividades diarias.
  • Cambios significativos en hábitos de sueño o alimenticios.
  • Violaciones persistentes de los derechos de otras personas de forma agresiva o no agresivas; reto a la autoridad, robo, vandalismo, mentiras, falta de asistencia al colegio.
  • Mentiras, ocultaciones e invenciones sobre la realidad.
  • Miedo intenso a volverse obeso(a) sin tener en cuenta su verdadero peso.
  • Estado depresivo manifestado por un estado de ánimo y actitud persistentemente negativa, con frecuencia acompañado de apetito pobre, dificultad en el dormir e ideas relacionadas con la muerte.
  • Arranques de ira o malhumor frecuentes.